Francia con su prodigio Kylian Mbappé y Croacia con el cerebral Luka Modric irán por la gloria el domingo en la final del Mundial Rusia 2018 en Moscú, con los Bleus amparados en su favoritismo y los Balcánicos dispuestos a dar otra sorpresa. El partido se jugará desde las 12 (hora argentina), se transmitirá por la TV Pública y DirecTV, y será dirigido por la terna argentina encabezada por Néstor Pitana,asistido en las bandas por Hernán Maidana y Juan Pablo Belatti.
El seleccionado dirigido por Didier Deschamps busca terminar con 20 años sin un título mundial en uno de los mejores momentos futbolísticos de ese país, gracias a una generación de oro con Antoine Griezmann como abanderado y Mbappé en su papel de revelación de la temporada.
Croacia, en su quinta participación mundialista tras la independencia del país en 1991, tiene en el dúo Modric- Ivan Rakitic a una de las mejores parejas de armado del torneo, y a ella se suma en ataque el guerrero Mario Mandzukic para desquiciar a cuanto defensa enfrenta.
“No voy a poner presión en mis jugadores. Salgan y jueguen su mejor fútbol, no se intimiden. Este es el mejor momento de nuestras vidas. Algunos ya han ganado la Champions League, pero este es el mayor partido para ellos y todos los croatas”, aseguró el DT croata Zlatko Dalic.
Deschamps, por su parte, tratará de transmitir “la dosis justa de serenidad, confianza y concentración” para afrontar la final y ganarla. El francés podría convertirse en el tercer hombre en ganar el Mundial como jugador y entrenador tras el brasileño Mario Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer.
Con una defensa liderada por Raphael Varane y Samuel Umtiti, y la seguridad en el arco de Hugo Lloris, Francia apenas ha permitido cuatro goles en seis partidos, mientras que Croacia con 12 goles a favor es el segundo plantel detrás de Bélgica (16) con mejor promedio ofensivo.
Para los ajedrezados de Zlatko Dalic, que en octavos y cuartos necesitaron la definición por penales para avanzar, el partido se presenta como una inmejorable oportunidad para desquitarse de la derrota 2-1 en las semifinales del Mundial 1998. En esa ocasión, Davor Suker le pegó a los anfitriones un pequeño susto, pero Lilian Thuram sofocó el intento de revolución de los croatas con dos tantos que sellaron la victoria y el pase a la final.
Aquella vez los Bleus celebraron su primer título mundial, pero también saben lo que significa el dolor de la derrota, como en la final de Alemania 2006 -derrota ante Italia por penales y con Zidane expulsado-, o más cercano en el tiempo, en la final de la Eurocopa 2016 ante Portugal.
FUENTE: LN