Gustavo Fernández, jugador de tenis en silla de ruedas, visitó este sábado el programa que conduce Andy Kusnetzoff y dio a todos una lección de vida.
“Gusti” actualmente está en el puesto 4 del ranking mundial, luego de terminar el 2017 como número 1, un logro histórico para el tenis argentino que nunca tuvo un singlista profesional en lo más alto del podio.
“No veo como que la saqué barata ni cara, es lo que es. Y en muchos sentidos estoy agradecido”, dijo el cordobés en “Podemos Hablar”, cuando se refirió al infarto medular que le provocó una parálisis en su cuerpo de la cintura para abajo cuando tenía 1 año y medio de vida.
Fernández contó que el infarto medular es algo que sucede en un caso cada “diez millones”. Sin embargo, él no siente que haya tenido “mala suerte”, sino al contrario, porque “después de eso vinieron un montón de cosas hermosas”.
En ese momento, el conductor le preguntó: “¿No cambiás caminar por todo lo que pasó después?”.
A lo que el tenista le dijo: “Ni loco”.
Ya en la mesa, Fernández pudo contar cómo es su carrera profesional. Ahí explicó que el de tenis adaptado “es un circuito profesional igual que el de ATP, en paralelo” y que él está “30 semanas al año compitiendo afuera”.
“Lo que yo tuve que hacer para llegar a donde llegué y lo que Del Potro tuvo que hacer para llegar a donde llegó es básicamente lo mismo. Yo desde los 11 años que estoy jugando e intentando ser profesional”, confesó.
“Gusti” también destacó el apoyo que le dieron sus padres desde que era chico, que le decían “por más que sea distinto, hacé las cosas a tu manera”. “Mis viejos nunca me pusieron trabas”, recordó.
Y sobre el final, el cordobés dejó un mensaje conmovedor: “Tener una discapacidad no es algo malo ni mucho menos. En esencia, la persona se puede desarrollar plenamente en lo que quiera. Yo fui tenista porque desde que tengo uso de razón me encanta el deporte y siempre quise ser deportista profesional”.