“No concibo mi vida sin la montaña. Me veo siempre en esto, como actividad, como hobby, como trabajo. La filosofía de la montaña me gusta y me gusta trasladarla a la ciudad”. La frase pertenece a Ulises Kuznesov, un joven de 24 años se acaba de convertir en el primer tucumano en ascender a una montaña de más de 8.000 metros en el Himalaya. Kuznesov rompió otro récord: es el argentino más joven en hacer cumbre en uno de los picos de ese cordón montañoso, desplazando a Nicolás de la Cruz, que lo hizo con 25 años.
Junto al porteño Matías Emiliano Marín (39), Kuznesov coronó la cumbre del Manaslu, de 8.163 metros sobre nivel del mar, uno de los “ochomiles” que está en Nepal. Fue el último jueves, a la 1.33 de nuestro país, tras más de 10 horas de ascenso.
El Manslu es la octava montaña más alta del mundo, ubicada en el macizo Mansiri Himal, en la zona centroccidental de ese país asiático. Ambos andinistas llegaron hasta la cima sin utilizar oxígeno ni sherpas, los guías nepaleses que acompañan a los expedicionarios.
Kusnezov prácticamente nació en la montaña. Es nieto e hijo de montañistas. “La montaña es mi vida y nunca imaginé poder vivir sin ella”, reconoció. Su vida en la naturaleza logró que sean pocas las situaciones en las que el miedo lo dominó, aunque siempre mostrara respeto. “La adrenalina supera al miedo y eso lo que nos da fuerza para realizar nuestra actividad. Tal vez si nos pusiéramos a considerar todas las consecuencias posibles no podríamos hacer nada”, reflexionó el escalador.
El muchacho, junto a la Asociación Argentina de Montaña, y en su función de guía y logística, desarrolló una expedición al Ojo del Salado, el volcán más alto del mundo con 6.891,30 metros de altura. “Al retornar de esta expedición empezaré a trabajar por mi próximo objetivo personal: hacer experiencias en el Himalaya”, había declarado a La Gaceta en febrero pasado, cuando se estableció como próxima meta escalar el Manaslú. Y lo logró.
Como entrenamiento, Kuznesov y Marín realizaron en agosto el primer ascenso invernal al macizo Nacimiento, un grupo de cumbres catamarqueño que supera los 6.000 metros sobre el nivel del mar, llegando a la cima del denominado Nacimiento II, con 6.446 metros tres días después de haber escalado el Nevado El Muerto, de 6.505 metros.
El programa de ascenso a las 10 montañas más altas de los Andes fue ganando interés año a año y actualmente hay más de 40 montañeros que se han planteado el desafío. El proyecto, que consiste en alcanzar las cumbres principales de los 10 macizos más altos, fue logrado a la fecha por muy pocos andinistas. En marzo de 2003, Darío Bracali, con la cumbre del Tres Cruces, logró ser el primero en cumplir con el plan iniciado seis años antes en el Aconcagua. El séptimo en lograrlo fue Ulises, que comenzó con el Aconcagua en enero de 2014 y terminó en diciembre de 2016, en menos de dos años. A Matías aún le resta una montaña para completar el Top 10 regional.
Por otra parte, ambos andinistas están en el Argentina Top 10, un programa que comenzó a desarrollarse desde los años 1990 y consiste en hacer cumbre en las diez montañas más altas de nuestro país. En ellas están las mismos que en el grupos Andes, pero el Tupungato reemplaza al Huscarán de Perú. Las cumbres son el Aconcagua, Ojos del Salado, Pissis, Bonete, Tres Cruces, Llullaillaco, Mercedario, Walter Penck, Incahuasi y el Tupungato. Esta proeza fue lograda por apenas 13 personas en el mundo, en su mayoría argentinos, dos italianos, un español, un estadounidense y un escocés.
Ambos deportistas también están en el “Volcanic World Top”, otro programa específico de los volcanes más altos del mundo, con más de 6.500 metros de altura, ubicados todos en esta parte del mundo: Andy ascendió a los 11 más altos, pero a Martín aún le resta pisar la cúspide del Tres Cruces Central./Clarín