Mirando el resultado a la distancia, con el frío prisma del conformismo, la pregunta es quién “celebrará” el 1-1 entre Estudiantes y Atlético Tucumán en cancha de Quilmes. ¿El Pincha, que embocó una de las poquísimas llegadas que tuvo ya en el segundo tiempo, y que jugó –mal- y aguantó encajonado en su área casi media hora con uno de menos; o el Decano, que peloteó a su rival en buena parte del juego hasta que lo empardó con un gol agónico?
Que tienen una actualidad futbolística diametralmente opuesta lo demuestran los números: los norteños conservan el invicto en la Superliga y marchan un escalón por debajo del líder, mientras que los platenses no logran recuperar ni puntos ni –mucho menos- buen juego y están allá, en el Sur del tablero a 62 días de su último triunfo ante Boca, 2-0 en la 2da. fecha.
Astuto diseñador de planteos tácticos para jugar fuera de casa sin colgarse del travesaño sino más bien todo lo contrario, Zielinski diseñó un tablero con elementos rápidos y de buen pie que saben armar jugadas de ataque repentinamente. A lo que Estudiantes, con un esquema más rígido, le propuso interrumpir la tenencia del balón con salidas laterales.
Sin el Pulga Rodríguez, Atlético careció del último toque a la red, ese que aparece con él merodeando los vértices del área.
Después del gol de Nahuel Estévez, Estudiantes retrocedió. Pero con su expulsión y la lesión de Matías Pellegrini –que lo dejó afuera del pendiente con Newell’s el miércoles-, Atlético lo hostigó hasta que Rodrigo Aliendro emparejó la chapa a tres minutos del pitazo final.
El duelo entre un DT Chino y otro Ruso quedó igualado solamente en el resultado. Conceptualmente, la diferencia entre ambos es mucha. Demasiada.