El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará el miércoles 7 de mayo, según confirmó el camarlengo irlandés Kevin Farrell, encargado temporal de la administración de la Santa Sede. El proceso reunirá a 135 cardenales menores de 80 años en la histórica Capilla Sixtina, donde bajo estricto secreto votarán para designar al próximo líder de la Iglesia Católica.
La elección del nuevo Papa sigue el protocolo tradicional: los cardenales permanecerán incomunicados, realizando hasta cuatro votaciones diarias hasta alcanzar el consenso necesario. Para ser elegido, el candidato deberá conseguir una mayoría de dos tercios de los votos. En caso de no lograrlo en las primeras rondas, seguirán votando hasta alcanzar un acuerdo.
El cónclave estará precedido por una misa solemne en la Basílica de San Pedro, donde los cardenales pedirán guía espiritual para la trascendental decisión. Las votaciones serán secretas y la señal visible para el mundo será el tradicional humo: negro si no hay acuerdo y blanco cuando se haya elegido un nuevo Papa.
En los días previos, se llevaron a cabo las “congregaciones generales”, reuniones informales entre los cardenales para debatir los principales desafíos que enfrenta hoy la Iglesia. Según fuentes vaticanas, predomina un clima de responsabilidad y esperanza, con el perfil de un Papa que logre unir sensibilidades diversas como eje de los intercambios.
Una vez electo, el nuevo Pontífice elegirá su nombre papal y se presentará ante los fieles desde el balcón central de San Pedro, pronunciando el histórico “Habemus Papam”.
