En medio de la presión de opositores y aliados contra el aumento de tarifas, Mauricio Macri ratificó ante sus ministros el rumbo tomado y descartó una marcha atrás. “No hay una contrapropuesta”, sentenció. La postura está atada a la confianza del Gobierno en que a partir de mayo caerá la inflación.
La decisión fue manifestada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña: “Sabíamos que estos cuatro meses eran difíciles por los reacomodamientos tarifarios que faltaban, pero era el último esfuerzo. Lo que viene es una cuestión mucho más acotada”, planteó.
Esa insistencia en la política tarifaria fue interpretada como una respuesta al intento de la oposición de avanzar en el Congreso contra la suba de los servicios, montada en la interna que estalló en Cambiemos por los reclamos de la UCR y de Elisa Carrió.
Macri también apoyó a Aranguren, al considerar que “la quita de subsidios gradual entre los cuatro y seis años es un plazo muy razonable”. Incluso, el jefe de Estado lanzó una sugestiva frase para descalificar los reclamos por los tarifazos: “Discutir este tema es como agarrársela.