La crisis del agua golpea a Amaicha del Valle. La población local se duplicó en los últimos años, pero los recursos hídricos no alcanzan para cubrir las necesidades. El dique Los Zazos, principal fuente hídrica, está casi seco. El agua disponible es oscura debido a la escasa afluencia desde El Infiernillo. Aunque se profundizó el pozo de la plaza San Martín y se interconectó con otro de la Escuela Agrotécnica, el suministro sigue siendo insuficiente. Apenas alcanza para el consumo y hay poca o ninguna disponibilidad para riego.
En contraste, El Cadillal mejora su capacidad de distribución. La balsa “La Niña”, que llevaba 22 años sin mantenimiento, volvió a operar tras 90 días de reparaciones. Ahora, extrae agua limpia de la superficie del embalse y triplicó su capacidad de bombeo: pasó de 2.000 a 6.000 m³ por hora. Este avance optimiza el abastecimiento para la planta potabilizadora que provee agua al Gran Tucumán.
Estas dos realidades reflejan los contrastes en la gestión del agua en Tucumán. Por un lado, Amaicha enfrenta una grave crisis. Por otro, El Cadillal da un paso adelante con mejoras tecnológicas.