El gobierno argentino condenó enérgicamente el intento de golpe de Estado en Bolivia, reafirmando su compromiso con la democracia y el respeto a la voluntad popular. En un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores expresó su “más enérgico repudio” a las acciones que buscan desestabilizar el gobierno boliviano y destacó que “la democracia no se negocia”. La administración de Javier Milei enfatizó la importancia de la estabilidad institucional y la necesidad de respetar los procesos democráticos en la región.
El comunicado emitido subraya el apoyo de Argentina a Bolivia y hace un llamado a la comunidad internacional para que también rechace cualquier intento de alterar el orden constitucional. La declaración argentina se alinea con la postura de otros países y organismos internacionales que han manifestado su solidaridad con Bolivia en este contexto de crisis política.
La reacción de Argentina se produjo después de que las autoridades bolivianas denunciaran un complot para derrocar al presidente Luis Arce, lo que generó una ola de reacciones en América Latina y el mundo, reiterando la importancia del respeto a la democracia y la soberanía de los pueblos.
