El Servicio de Inmigración de Estados Unidos arrestó a 538 personas indocumentadas en una operación masiva que la Casa Blanca calificó como “la mayor en la historia”. Este operativo, realizado a pocos días del inicio del segundo mandato de Donald Trump, se enmarca en su promesa electoral de endurecer las políticas migratorias.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó que cientos de personas arrestadas ya fueron deportadas en aviones militares y destacó el restablecimiento del programa “Quédate en México”, que obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en territorio mexicano mientras se procesan sus solicitudes. Trump también firmó una serie de decretos que restringen el derecho de ciudadanía por nacimiento y suspenden temporalmente la llegada de refugiados.
Organismos internacionales y líderes locales han expresado su preocupación por el alcance de las medidas. La portavoz de la ONU para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, recordó que “el derecho a buscar asilo es un derecho humano universal”. Por su parte, Ras Baraka, alcalde de Newark, denunció que agentes de inmigración detuvieron a residentes sin presentar órdenes judiciales, incluyendo a un veterano del ejército, en lo que calificó como una “violación flagrante de la Constitución”.
La política migratoria de Trump ha sido objeto de fuertes críticas por su retórica, que describe a los migrantes como “invasores” y “criminales”. Según estimaciones, en Estados Unidos viven cerca de 11 millones de personas en situación irregular, muchas de ellas provenientes de países de América Latina.
