Atlético ya no es sorpresa. Está cada vez más consolidado y se anima soñar con el campeonato, que lo tiene como único escolta. El equipo de Ricardo Zielinski es puro oficio y liquidó con dos ráfagas a San Lorenzo. Y, como lo hizo hace 15 días Talleres de Córdoba, también logró su primera victoria en la historia como visitante. Una más muestra del pobre presente santo, que suma cuatro partidos sin ganar y 330 minutos sin marcar goles en la Superliga. Jorge Almirón no hace milagros. Está claro. Necesita refuerzos y trabajar mucho. Y se viene el clásico con Huracán, que llega dulce.
El penal de Luis Rodríguez, que atajó Nicolás Navarro con tan mala fortuna que la pelota pegó en el palo, rebotó en el arquero y se metió, fue el primer remate al arco de Atlético. Iban 27 minutos y hasta allí el gasto lo había hecho San Lorenzo. El segundo tiro al arco fue el de San Román, a los 38 minutos, que se transformó en el segundo del Decano. El 2-0 parcial resultó exagerado pero evidenció las diferencias entre un equipo en reconstrucción y otro totalmente formado.
En la presentación de Almirón en el Nuevo Gasómetro quedó claro la búsqueda que tiene el entrenador en el poco tiempo que lleva en el cargo: pelota al pie, circulación, toques cortos, triangulación, juego bien abierto. Para eso se necesita precisión y regularidad. Todo lo que le falta a los jugadores de San Lorenzo. Igual dominó el juego la primera media hora, hasta el gol, después aparecieron los fantasmas de todo el año.
En esos primeros 30 minutos de la etapa inicial, el Ciclón manejó la pelota. Bien Insaurralde parado delante de la línea de 4, intermitente Merlini por izquierda, flojo Botta por derecha, poco y nada de Belluschi; Reniero bien de punta necesita que lo alimenten. Y San Lorenzo no logró ser preciso en el último pase. No tiene conductor.
Por eso las chances que tuvo fueron de media distancia. Primero un tiro libre de Rojas que sacó Lucchetti, exigido, con los puños. Después, dos remates de Merlini que se fueron desviados. Y cuando ya estaban 1-0, un tiro de Belluschi por arriba del travesaño.
No es casualidad el segundo puesto de Atlético Tucumán, ahora a cuatro puntos de Racing (aunque aún lo pueden superar Huracán y Defensa). Sabe a qué juega, tiene oficio, no le sobra nada, no brilla, pero está muy bien parado en la cancha y para esta temporada sumó la experiencia del Pichi Mercier. Cuando el rival falla, es letal. Y cuando local se equivocó, lo sacudió con dos goles y estuvo cerca, tras el 1-0, de meter otro pero Coloccini se interpuso ante el remate de Barbona.
San Lorenzo fue un ciclón en el arranque del segundo tiempo. Busco el descuento enseguida. Primero con un remate de Insaurralde apenas desviado, después un centro de Botta fue rechazado milagrosamente por un defensor, y luego Merlini resolvió mal una buena chance que tuvo por la izquierda.
Si en la primera etapa Atlético Tucumán le cedió la pelota a San Lorenzo, en la parte final se la regaló. Con el 2-0, se dedicó a aguantar y a esperar alguna contra. Un traje que le sienta bien. Y siempre había un pie o un cabeza para destrozar las ilusiones del Ciclón de descontar.
Estuvo más activo Botta por derecha, le ganó varias veces a Abero. Pero a los 9 minutos fue la única vez que logró meterse en el área y rematar al arco pero reaccionó bien Lucchetti quien atrapó la pelota abajo contra el piso. Mejoró algo San Lorenzo, es cierto, en la parte final. Pero falta un largo camino.