Inmediatamente al otro día de las últimas elecciones nacionales que llevaran al vicegobernador Osvaldo Jaldo al congreso de la Nación como diputado se vio el quiebre. Los afiches que anunciaban la dupla Manzur Jaldo 2019 le decían al ex gobernador José Alperovich que estaba quedando fuera del poder provincial. En silencio, pero a pasos firmes, el Senador Alperovich empezó a involucrarse territorialmente utilizando los medios periodísticos preparando una respuesta. La pelea podía verse claramente entre dos cuando Alperovich repetía a voces la frase de “hay que cuidar a Juan”, haciendo referencia al actual Gobernador Manzur, diciendo entre líneas que su adversario era y es Osvaldo Jaldo. Desde el peronismo apostaban a que el año próximo, con encuestas en manos, los candidatos se medirán. El primer estruendo fue cuando el gobernador Manzur anunció su deseo de repetir, hasta ahí el peronismo se mostró obediente y la disputa pasó al segundo lugar, no por desinterés, pero si por la vicegobernación, el presidente de la Legislatura provincial comenzó a tejer con los parlamentarios oficialistas y opositores, sumó gran parte de los delegados comunales e intendentes, dejando solo a los Alperovichistas confesos, pero con diálogo permanente dentro del poder provincial.
El gobernador Manzur calzó en el justicialismo nacional muy fuerte y tomó protagonismo tan rápido que algunos dijeron que estaba presidenciable para el 2019. Y subieron al cuadrilátero imaginario a Jaldo y Alperovich. Otra acelerada dio el vicegobernador en la puja que sumó a propios Alperovichistas que ejercen cargos de importancia en la gestión de gobierno y sorprendió al senador Alperovich, este al verse opacado de la estructura que conduce Manzur y que quedó evidenciada el 17 de octubre con un gran acto de unidad peronista, el más grande del país con asistencia de reconocidos dirigentes, jugó su carta. El anuncio de que José Alperovich será candidato a Gobernador en la próxima elección se hizo de forma extraña, solo para los medios y con la incógnita de quién será su número dos, salió al ruedo.
La pelea es feroz, Alperovich pierde todos los días a hombres con lugares preponderantes en el gobierno como así también dirigentes contenidos en la Legislatura, se animan a decir que bebe de su propio veneno. José Alperovich cuando fue gobernador utilizó la misma metodología, el que no coincidía con él estaba en el desierto y eso en política es la muerte misma.
Hoy el hombre de carácter empoderado se encuentra solo, ya nadie acude a sus multitudinarios desayunos, uno que otro Legislador, pero sin vuelo propio seguido de algunos concejales capitalinos sin protagonismos son sus escuderos. Ahora hay que decir que el peronismo sin poder no es peronismo, parece ser que sus amigos lo dejarán en la puerta del cementerio.