Cada 29 de abril se celebra en Argentina el Día del Animal en homenaje a Ignacio Lucas Albarracín, pionero en la defensa de los derechos de los animales y figura central en la legislación contra el maltrato. La fecha honra su legado, ya que falleció ese día en 1926, aunque algunas versiones sostienen que él mismo propuso esa jornada décadas antes.
Albarracín fue abogado y presidente de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales. Desde fines del siglo XIX impulsó una cruzada cultural contra prácticas aceptadas como las corridas de toros, riñas de gallos y el uso de animales en circos. También promovió la Ley 2.786, conocida como Ley Sarmiento, la primera norma en Argentina que protegió a los animales del maltrato.
En un contexto donde no existía aún conciencia ambiental ni animalista, su accionar fue considerado excéntrico. Se interponía frente a carruajes para frenar abusos y denunciaba públicamente a quienes infringían crueldad. Esa militancia lo convirtió en un símbolo de compromiso con el bienestar animal.
El Día del Animal invita a reflexionar sobre el vínculo que mantenemos con los animales, no solo domésticos, como perros o gatos, sino también con los silvestres y de trabajo. La fecha pone sobre la mesa la necesidad de prevenir el abandono, la explotación y la violencia hacia cualquier especie.
Argentina se suma así a otras conmemoraciones internacionales, como el Día del Gato (20 de febrero) o el Día Mundial del Animal (4 de octubre), pero con una identidad propia: la del legado de Albarracín, un cordobés que transformó para siempre la forma de mirar a los animales en nuestro país.