El Gobierno desplazó al laboratorio que trataba de registrar la vacuna rusa y un cineasta argentino colabora en la negociación

Alberto Fernández quiere firmar un acuerdo sin intermediarios. “Está muy avanzado”, dijo el viernes el Presidente. El rol del productor argentino Fernando Sulichin y las negociaciones frenéticas parar cerrar un acuerdo en las próximas horas

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Fernando Sulichin triunfa hace años como productor de Hollywood, de la mano de Oliver Stone, Martin Scorsese o Spike Lee. En los últimos años también cultivó contactos entre los líderes de la izquierda latinoamericana. La lista incluye a Rafael Correa, Evo Morales, Hugo Chávez, y Cristina Kirchner, con quien ahora tiene trato directo. Su rol de lobbista sofisticado lo transformó en una pieza clave para la compra de la vacuna rusa Sputnik V: en el viaje secreto a Moscú, a fines de octubre, fue el nexo entre las funcionarias enviadas por Alberto Fernández y el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF por sus siglas en inglés), responsable de financiar la vacuna. Ahora colabora en las negociaciones que se llevan adelante en Buenos Aires desde el fin de semana pasado junto a su amigo Maximilien Sánchez Arveláizun ex funcionario de Chávez y Maduro, tal como reveló ayer Infobae.

Sulichin es porteño, pero apenas se recibió de arquitecto en la UBA se fue a vivir a Estados Unidos, donde estudió cine. Su ingreso al mundo kirchnerista se remonta a 2005, durante una visita del entonces presidente Néstor Kirchner a París. La comitiva se alojó en hotel Maurice. Allí conoció a Alberto Fernández, y desde ese día se hicieron amigos.

Dos años después, el productor influyente se subió al avión de Hugo Chávez para asistir a la asunción de Cristina Kirchner. La relación con ese mundo nunca se detuvo.

Su agenda de contactos es inagotable. Aunque está ligado al kirchnerismo, fue uno de los productores asociados del film “Soledad”, dirigido por Agustina Macri, la hija del ex presidente.Oliver Stone, Maduro y atrás Sulichin. Oliver Stone, Maduro y atrás Sulichin.

Sulichin fue el encargado de organizar la visita de una comitiva argentina a Moscú, a fines de octubre. Estaba en todos los detalles por pedido de Alberto Fernández. Hasta se ocupó de hacerles llegar al hotel el resultado del hisopado para que pudieran circular por la ciudad.

El productor argentino y su amigo “Max” Arveláiz, que supo ser encargado de negocios de la embajada venezolana en Washington, compartieron la producción de la película sobre la vida de Edward Snowden, el ex consultor de la CIA que filtró documentos clasificados. En las últimas horas se convirtieron en el nexo entre el gobierno argentino y la comitiva rusa que aterrizó en Buenos Aires el fin de semana pasado, tal como adelantó este medio.

Del otro lado, las conversaciones quedaron en manos de la viceministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini, una politóloga formada en Harvard que cuenta con la confianza del Presidente. Ambas estuvieron presentes en la reunión del comité de vacunación que se realizó este martes en Casa Rosada. Pero no hablaron con la prensa. De hecho, hace tiempo decidieron bajar el perfil y concentran sus esfuerzos en el acuerdo con los rusos. Ese mismo día, Sulichin estuvo la Casa Rosada.“Max” Arveláiz fue el encargado de negocios de la embajada venezolana en Washington. “Max” Arveláiz fue el encargado de negocios de la embajada venezolana en Washington.

Parte de la comitiva enviada por el Fondo ruso a Buenos Aires estuvo alojada en un hotel de Puerto Madero y ya regresó a Moscú. Solo quedó un emisario que se encargaría de la parte legal de los contratos, pudo saber este medio.

Por ahora, la compra de vacunas será administrada por el gobierno nacional, aunque hace varias semanas el Fondo ruso habilitó canales de comunicación con varias provincias. La provincia de Buenos Aires inauguró los contactos, incluso antes que Nación. Por ese motivo, el gobernador Axel Kicillof logró ubicar a una representante suya en el viaje secreto a Moscú. Luego se sumaron Tierra del Fuego, San Luis, Córdoba y hasta Tucumán. Los contactos siempre arrancan en la embajada rusa en Buenos Aires. Si prosperan las conversaciones, el interés se formaliza por escrito.

“Por el momento no vamos a comprar la vacuna rusa, esperamos tener la cantidad suficiente para vacunar unas 6 millones de personas al comienzo”, dijo un funcionario bonaerense ante una consulta de este medio. Una investigadora trabajando en el laboratorio de la vacuna rusa. 
Una investigadora trabajando en el laboratorio de la vacuna rusa.

La llegada de los rusos a Buenos Aires, en distintos vuelos, terminó de encaminar las negociaciones directas con el Gobierno nacional y provocó el desplazamiento del laboratorio HLB Pharma, que había iniciado los trámites de registración ante el ANMAT y terminó chocando con las autoridades del Ministerio de Salud. En el medio hubo un juego silencioso de presiones e incluso de amenazas solapadas.

Luego de la charla que mantuvieron el presidente ruso Vladimir Putin y Alberto Fernández, los voceros oficiales ya habían dejado trascender el interés del Gobierno de firmar un contrato sin intermediarios.

La documentación que llegó desde Rusia se tradujo al castellano y se estaba cargando por etapas. El “dossier” tiene 11 mil páginas, repartidas en cinco módulos: los tres primeros tienen que ver con formalidades y detalles sobre el proceso de fabricación. Y los últimos dos tratan sobre los estudios clínicos. “Vamos lentos en la carga de datos por todas las complicaciones que tiene el proceso”, reconocieron en el laboratorio la semana pasada.

Ese trámite, a cargo de HLB Pharma, ahora quedó estancado.

Según pudo saber Infobae, los enviados rusos habrían tanteado otros laboratorios locales para completar el proceso de registración e incluso para que la vacuna se produzca en Argentina. Por estas horas no se descarta utilizar alguna normativa de emergencia para saltear ese escollo.

¿La salida del laboratorio podría demorar los trámites? En el Gobierno lo descartan. De hecho, los emisarios rusos se habrían comprometido a mandar un cargamento de 500 mil vacunas entre el 20 y el 21 de diciembre para empezar la campaña antes de Navidad. El martes, el ministro de Salud Ginés González García, que se reunió en secreto con el embajador ruso, dijo que la vacunación empezaría a mediados de enero.

Alberto Fernández considera que una primera vacunación de 500.000 personas con la Sputnik V podría empezar antes de Navidad. Lo afirma en la intimidad de Olivos, para no desmentir en público a su amigo González García.(Franco Fafasuli)(Franco Fafasuli)

Al anunciar públicamente el acuerdo con los rusos, hace tres semanas, el Presidente consideró que “si todo va bien, a finales de diciembre podrían ser vacunadas unas 10 millones de personas”. Luego empezó a hablar de los primeros meses de 2021. “Queremos tratar de vacunar a la mayor cantidad de gente en enero y febrero”, dijo durante una entrevista con Marco Enríquez-Ominami. El viernes, en una entrevista radial, volvió a insistir con esa hipótesis y dijo que el acuerdo está “muy avanzado”“De acuerdo a lo que venimos hablando, durante enero vamos a contar con las dosis necesarias para vacunar a 5 millones de personas y en febrero otras 5 millones de personas”, explicó.

Fuentes de la negociación aseguran ante Infobae que los plazos comprometidos son difíciles de cumplir. “Todavía no se sabe de dónde van a llegar las dosis para Argentina”, graficaron. Las opciones siguen siendo India y Corea del Sur.

La vacuna rusa mostró hasta ahora una eficacia de más del 95%, según informaron este martes el Centro Gamaleya y el Fondo ruso, aunque todavía no tiene autorización como el resto de las vacunas. La Sputnik V se conserva a 18 grados bajo cero, pero en el futuro podría distribuirse en forma liofilizada (seca), lo que requiere una refrigeración común, entre 2 y 8°C. Esa es una ventaja respecto a otras vacunas.

Sputnik V no es la única vacuna que llegará al país. El viernes, el Presidente mencionó los acuerdos con Pfizer, AstraZeneca-Oxford (ahora la fecha sería marzo) y COVAX, una suerte de banco mundial de vacunas organizado por Naciones Unidas para garantizar la distribución en todo el mundo.

Fuente INFOBAE