El mundo se prepara para despedir al Papa Francisco, quien falleció el 21 de abril a los 88 años. Su muerte marcó el cierre de un pontificado que cambió la historia reciente de la Iglesia católica. Desde entonces, miles de fieles llegaron a Roma para rendirle homenaje.
El cuerpo de Francisco fue trasladado a la Basílica de San Pedro, donde se realiza una vigilia abierta al público. La fila para ingresar superó los dos kilómetros. El viernes 26 de abril, a las 8 (hora local), se celebrará el funeral en la Plaza San Pedro. Se espera la presencia de más de 200.000 personas y 170 delegaciones internacionales.
Por deseo expreso del Papa, su funeral será sencillo y sin ornamentos tradicionales. Francisco renunció a los símbolos históricos del papado desde el inicio de su gestión, en 2013, cuando eligió vivir en la Casa Santa Marta y no en el Palacio Apostólico.
Una vez finalizada la ceremonia, será sepultado en la Basílica de Santa María La Mayor, un templo mariano de gran valor simbólico para él. Allí, descansará junto a la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, su devoción más íntima.
El operativo de seguridad en Roma es uno de los más grandes en la historia reciente de Italia. Más de 4.000 efectivos, drones, francotiradores y vigilancia subterránea están desplegados en la ciudad. Además, se restringió el espacio aéreo sobre el Vaticano.
