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miércoles, julio 3, 2024
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GERARDO HERNAN MATOS RODRIGUEZ

Cuando hablamos de la Cumparsita, el himno tanguero por excelencia nos debemos parar, para preguntarnos quién escribió esta melodía tan hermosa, tan bella y debemos homenajear casualmente a este uruguayo, quién había nacido un 18 de Marzo de 1897 en Montevideo podemos decir que fue un músico, pianista, periodista y compositor de tangos y canciones criollas uruguayas.

Era hijo de don Emilio Mattos, propietario del cabarét Moulin Rouge, estudió arquitectura en la desaparecida Facultad de Matemáticas de su ciudad natal, los amigos lo apodaban Becho.

“Tenía los ojos de color negro, tenía una mirada muy penetrante y muy discernidora, y de llamativos labios finos y pequeños, era muy observador y analista en las cosas que debía y hacía.

Gustaba mucho de la lectura constante, y era una persona dada a la meditación, la reflexión lógica y analista en las cosas que veía y hacía, era un elemento motivador e innovador. Era de buen humor e ingenio y de una simpatía coloquial, sabía caer en gracia a las personas de su entorno. Su alegría se expresaba en una armoniosa sonrisa de un niño pequeño y alegre.

Tenía una amiga que se llamaba Reneé, quien era de ascendencia española, luego después de unos años se casó con ella”

Fue integrante de la recordada “Troupe ateniense”, un conjunto de tipo carnavalero, que no obstante ello no salía en Carnaval sino en las cuatro estaciones, en especial en primavera. Junto a grandes nombres del tango y del Carnaval uruguayo, como Víctor Soliño, Ramón “Loro” Collazo, su hermano Juan Antonio y los hermanos Raúl y Roberto Fontaina.

Compuso La Cumparsita y otros tangos como Che papusa, oí, su tango preferido. Escribió y colaboró con los letristas Enrique CadícamoVíctor Soliño y Manuel Romero, con quienes realizó su emotiva serie de canciones montevideanas.

Fueron más de setenta los tangos de su producción, muchos editados en partitura y alrededor de cuarenta en discos. Algunas de sus obras son las ya nombradas, Son grupos, Yo tuve una novia, Cuando bronca el temporal, Hablame, Pobre corazón, Haceme caso a mí, Canto por no llorar, Rosa reseca, Botija linda, El pescador, Te fuiste, ja, ja!, Adiós Argentina, Mi provinciana, La milonga azul, Dale celos, Raspail, Mocosita, La muchacha del circo, San Telmo, colaborando con los letristas Enrique Cadícamo, Victor Soliño, Juan B. A. Reyes, Manuel Romero y Fernán Silva Valdés con quien realizó su fina y emotiva serie de canciones Montevideanas a la que pertenece Margarita punzó.

La Cumparsita sale a la luz en una peña estudiantil, en lo que era la federación de estudiantes del Uruguay en el año 1916. Cuando cursaba sus estudios en la universidad de Arquitectura de Montevideo compuso una marchita dedicada a la peña estudiantil de la que formaba parte y que llamaban La comparsa, de la capital uruguaya, Roberto Firpo y su formación orquestal le hicieron algunos arreglos, y quienes le llevaron la partitura fueron los compañeros de estudios de Matos; y no era más que el más grande de los tangos mundialmente conocido como “La cumparsita”.

Abandonó tempranamente dichos cursos, atraído por la entonces intensa y variada vida nocturna de la capital, pianista de afición casualmente en el piano de la Federación de Estudiantes del Uruguay, y su primera grabación de la Cumparsita fue realizada para la casa Victor por el conjunto cuya dirección compartían el pianista Alberto Alonso y el bandoneonista Minotto Di Cicco, el mismo año de su estreno

Por ese entonces esta institución presentaba problemas económicos graves estando incluso amenazados por el desalojo, situación que los obliga a salir a cantar por los cafés, en una comparsa como recurso para adquirir fondos, fue así que coincidiendo con el carnaval de ese año se decidió hacer una comparsa visitando los cafés, cantando canciones.

Se puede decir que la Cumparsita es un tango cuya melodía fue creada y escrita entre finales del año 1915 y el 1916, la letra más popular pertenece a Pascual Contursi, en realidad fue creada como una marcha y el nombre que lleva es en homenaje al estandarte murguero de la Federación que tenía escrito la palabra cumparcita en lugar de comparsita, tal como lo pronunciaba  en cocoliche, que es un modo de hablar de los inmigrantes de Italia que llegaron al río de La Plata.

Mientras tanto Matos Rodríguez siguiendo su objetivo de terminar su obra, continúa trabajando en ella para lograr su acabado final como es conocida mundialmente, una vez terminada la composición le faltaba la melodía por lo que un amigo del autor, excelente pianista fue el encargado de ponerle la música, es así que se obtiene el primer gran éxito de esta composición la cual fue presentada por primera vez en el café La Giralda, ejecutada por la orquesta porteña de Roberto Firpo. ​

Lo que le faltaba a este tango era el título ya que había nacido de un ambiente popular todos se sentían con derecho a bautizarla, al respecto, dijo Firpo para la Revista de Tango, en el año 1952: «En 1916 fui con mi orquesta a Montevideo, y allí estrené lo que hoy es un éxito mundial, el tango “La cumparsita”. 

Ahora veamos quiénes fueron los músicos que integraron el quinteto de Roberto Firpo, según el músico Alberto Magnone: Agesilao Ferrazzano y Cayetano Puglisi en violines, Juan Bautista Deambroggio en bandoneón y Alejandro Michetti en flauta, por su parte Rosario Infantozzi, sobrina nieta de Matos Rodríguez y autora de un libro sobre su biografía, habla del cuarteto compuesto por el propio Roberto Firpo, David “Tito” Rocatagliata, Agesilao Ferrazzano, y Juan Bautista “Bachicha” Deambroggio.

Actuando en el Café La Giralda (hoy Palacio Salvo) ubicada en la plaza Independencia, (tiene el mismo nombre que nuestro principal paseo público), le trajeron ese tango y mayormente no le di importancia, pero así y todo al muchacho que me lo había traído (amigo de Matos, pues éste no se animaba hacerlo y esperaba en la puerta del café) le prometí estrenarlo para un viernes. 

Efectivamente, al estrenarlo fue un éxito extraordinario… ¡Quién diría entonces, que “La cumparsita” con su autor humilde que no se animaba a traer personalmente su obra, sería con el tiempo cantada, silbada, tarareada por todos los pueblos del mundo! Al estrenarlo en Buenos Aires, en el Café Iglesias, puedo decir que tuvo la misma repercusión que en su lugar de origen». 

De modo que el tema central de esta historia es el estreno y a cargo de Firpo, cuenta Matos que ese día 19 de abril se bajó del tranvía, se dirigió al café y durante el trayecto escuchó las notas de un tango, al momento se preguntó si era el suyo, luego comprobó que era La Cumparsita y comenta que fue un susto verdadero el que lo asaltó, tanto que entró por la puerta “pasiva” para que no lo vieran y sintieran especialmente los compañeros de la Federación que eran sabedores de su autoría, ocupó una mesa y un vecino le dijo ¿escuchaste el nuevo tango de Firpo?, el muchacho sonrió, después de los aplausos hubo un bis y ahí sí se pararon sus amigos a felicitarlo y a preguntarle qué haría después con el éxito logrado, mientras las notas del que sería el tango más famoso del mundo seguían sonando una y otra vez.

Ahora veamos que además del mérito de haber estrenado La CumparsitaRoberto Firpo siempre será reconocido por la abundancia de grabaciones, así en la etapa acústica dejó más de 1650 registros y al final de su carrera en 1959 suma un total de 3000 grabaciones, según nota de la página Todo tango, sin olvidar que fue alumno de Alfredo Bevilaqcua y en 1913 conformó su primera orquesta.

Esto lo dijo en 1952, pero en el año 1966 al homenajearlo sus colegas con motivo de sus sesenta años con el tango, Firpo afirmó en ese agasajo que “La cumparsita” tenía solamente como característica armónica la primera parte y que tomó uno de sus tangos “La gaucha Manuela” y “Curda completa” y lo insertó a la marchita como trío tercera parte, añadiéndole también una de la ópera Miserere, de Verdi, (IV acto de II Trovatore) tendría así “La cumparsita” música de Matos Rodríguez, Roberto Firpo y Giuseppe Verdi.

En 1924, ya radicado el autor en Buenos Aires, Pascual Contursi y Enrique Maroni le ponen letra de gran valor poético con el nombre de Si supieras (si supieras que aún dentro de mi alma conservó aquel cariño que tuve para ti…), con lo que la olvidada música ahora como tango se impuso definitivamente. Con esta letra la cantó y grabó Carlos Gardel, un año después el propio autor, molesto por la letra creada sin su autorización, le pone una letra conservando el título original (Comenzando: La comparsa de miserias sin fin…), prácticamente nunca utilizada. 

En ese año, y ya caído en el olvido, Pascual Contursi y Enrique Maroni le colocan letra para ser cantado en la obra Un programa de cabaret del Teatro Apolo y de allí en más inició “La cumparsita” una sin igual popularidad, siendo el tango que más líos tuvo y por supuesto, el que más dio que hablar.

No me quiero extender más sobre La Comparsita, que seguramente voy a dedicarle más adelante en otras ediciones para hablar de algunas peleas que tuvo una vez muertos sus autores como así también las diversas letras y que es lo que llego a nuestros oídos. 

Matos, compuso varios temas para piezas teatrales: El Gran Circo Rivolta, de Manuel Romero entre ellas, más tarde, dirigió fugazmente su propia orquesta típica, en 1931 colaboró con la musicalización de la película ¨ Las luces de Buenos Aires¨, filmada en Francia con el papel protagónico de Carlos Gardel, algunos de sus temas fueron estrenados junto a piezas teatrales en Buenos Aires. 

Este éxito hizo despertar en su autor sus dormidas condiciones de compositor y reapareció en 1925 con otro suceso, “Mocosita”, tango con letra de Víctor Soliño que esparció por todos los rincones la voz de Rosita Quiroga a través del disco.

Conocida sus condiciones musicales lo reclaman autores teatrales como Manuel RomeroIvo PelayJuan Bautista Abad ReyesPablo SueroVicente Martínez Cuitiño y otros, para que musicaran sus obras y así colaboró en Gran Circo Rivolta, una llamada precisamente La cumparsita, Las argentinas vistas por los argentinos, San Telmo, La rosa de hierro.


Con letras de los citados o de otros buenos poetas como Celedonio FloresEnrique CadícamoFernán Silva Valdés, dio “Botija linda”, grabado por Agustín Magaldi; “Son grupos”, “Che papusa oí”, “San Telmo”, “La muchacha del circo”, “Globero”, “Te fuiste, ja, ja”, “Adiós Argentina”, “Yo soy la milonguera”, “La milonga azul”, “Raspail (El caballo de oro)”, “Rosa reseca”, “El pescador”, “Pobre corazón”, “Cuando bronca el temporal”, “Haceme caso a mí”, tangos; “Margarita punzó”, canción que creara el dúo Magaldi-Noda; “Bajo los sauces”, “La paisanita”, rancheras; “Con mis flores”, pasodoble; “Mi clavel”, “Hablame”, “Les peniches”, valses.

Por su profesión de periodista viajó por Europa desde 1924 y tuvo residencia habitual en París donde convivió horas gratas con músicos, intérpretes, dramaturgos y actores rioplatenses que lo ataron aún más a las cosas del pago, entre los grandes que pudo compartir nombramos a Francisco CanaroEnrique DelfinoVicente Martínez CuitiñoPablo Suero, Samuel Eichelbaum, Edmundo Guibourg, Juan León Bengoa, Alfredo Le PeraJulio De CaroLuis Bayón HerreraManuel RomeroCarlos Gardel, entre los más conocidos.

Hallándose en París en 1931 haciendo periodismo, corresponsal de varios diarios y revistas del Plata, es reclamado por sus amigos Manuel Romero y Carlos Gardel para que colaborara en la película que allí realizarían y aceptó de inmediato. 

Así escribió para Luces de Buenos Aires, con letras de Romero, la canción “El rosal” que canta Gardel, “Mi provinciana” tango interpretado por Sofía Bozán, “La serrana”, zamba coreada y bailada por la compañía y en colaboración con Enrique Delfino, el tango “Canto por no llorar”. Vivió ya alejado de Montevideo, en Buenos Aires y en París, desempeñando tareas diplomáticas como cónsul uruguayo en Alemania. 

Demás está decir que la amistad que tuvo con Carlos Gardel fue la de un hermano y nacida precisamente cuando los primeros líos de “La cumparsita”, ante su reclamo por haberle sustituido el nombre y grabarle con el título de “Si supieras”, sin contar con su autorización.


Después de “La cumparsita (Si supieras)”, Gardel le grabó “Mocosita” (también hubo otro cuestionamiento con este tango), “Che papusa oí”, “La muchacha del circo”, “Te fuiste, ja, ja” y “El rosal”, yo rescato algo importante fue el “zorzal criollo” quién llevo a la fama a la Cumparsita, con él, recorrió el mundo.

Vendió su obra por una buena suma para la época treinta pesos y 50 ejemplares papel de la misma a la editorial Breyer de Buenos Aires recuperando luego en 1923 sus derechos de propiedad por intercesión de sus amigos Enrique DelfinoEmilio FresedoJuan Carlos BazánLuis Catalán, José de Grandis, Enrique Carrera Sotelo y otros miembros de la Asociación Argentina de Autores y Compositores de Música.


Posteriormente, “La cumparsita” tuvo una segunda época en su larga historia de éxito cuando Pascual Contursi y Enrique P. Maroni modificándole la música original y sin la aquiescencia de su autor le pusieron letra y nuevo título “Si supieras”, lo cual dio lugar a un prolongado y engorroso proceso judicial.

Más tarde en Montevideo dirigió fugazmente su propia orquesta típica. El Museo y Centro de Documentación de AGADU alberga el archivo personal de Gerardo Matos Rodríguez, que incluye miles de documentos, fotografías, partituras, correspondencia personal y comercial y grabaciones, entre las que conservan 1000 versiones diferentes de La cumparsita, tan solo una parte de las que existen a nivel mundial. 

Podemos decir que Firpo y Matos, fueron hombres de la música y del tango que perduraran en el sonido de aquellas notas que brotan del teclado como alas poderosas. Y justo un 25 de abril de 1948 hubo un suceso muy duro, la prensa uruguaya publicó un titular: “Hoy el tango se amarró un pañuelo negro en la garganta”, había muerto Matos Rodríguez, al cabo de una penosa enfermedad.

Ing. Aldo O. Escobar




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