Por mayoría, la casa legislativa autorizó al mandatario riojano a utilizar el Bono de Cancelación de Deuda (Bocade) en formato físico o digital hasta un monto total de $22.500 millones a fin de “acompañar a las y los trabajadores y sostener al comercio local, ante la angustiante situación debida de las políticas económicas implementadas” por la administración central.
Bocade, la nueva cuasimoneda de La Rioja
La creación del Bocade se da en el marco de un enfrentamiento político y presupuestario entre el gobierno de La Rioja y Javier Milei en el que Quintela le exige a la administración nacional el envío de fondos adeudados por $9.300 millones desde octubre sumado al pago de enero por otros $3.700 millones para “poder otorgar aumentos”. En tal sentido, el dirigente peronista acusó al presidente de “hacer oídos sordos a este pedido dejando a un lado la necesidad de las provincias”.
“Nos obligan a esto por la velocidad, el salvajismo, por la crueldad del ajuste que se precipitó en 20 días. Cuando la gente fue a cobrar su salario, no llega a fin de mes. Además de eso, existen planes o programas de desestabilización de los gobiernos cuando inducen a que vayan contra el gobernador de la provincia. Resulta que el problema lo crea la Nación y la provincia tiene que dar respuestas, encima sin recursos y con presupuesto reconducido que ni siquiera se reconoce un porcentaje del 160% de inflación que tuvimos en 2023″, argumentó en declaraciones radiales.
Por su parte, el presidente se hizo eco de la introducción de la cuasimoneda en la provincia del norte y celebró la decisión gubernamental a pura ironía: “Pensar que en la campaña me trataron de loco por postular un esquema en el que hubiera una libre competencia de monedas y ahora la impulsan. Bienvenidas las monedas provinciales a la competencia, las que, les quiero señalar, a diferencia de lo que pasó en el pasado, de ningún modo van a ser rescatadas por el Gobierno Nacional”.
Las cuasimonedas son bonos emitidos por las provincias en situaciones de apuro fiscal que coexisten con el peso y pueden utilizarse como medio de pago dentro de las fronteras provinciales. Este tipo de instrumentos adquirieron especial relevancia en la crisis de 2001-2002, cuando las gobernaciones carecían de fondos para hacer frente a la estructura de gasto público.
Patacón, Lecop, Bocanflor y Quebracho son sólo algunas de las cuasimonedas que circularon tras la salida de la Convertibilidad en 2002. A medida que se normalizaba la macroeconomía, los reemplazos monetarios fueron desapareciendo y el peso reconquistó los bolsillos de los ciudadanos y los comercios.
fuente: Perfil.