El Vaticano emitió el lunes una declaración contundente sobre las cirugías de confirmación de género y la gestación subrogada, equiparándolas al aborto y la eutanasia como prácticas contrarias al plan divino para la vida humana.
El documento, titulado “Dignidad Infinita“, fue aprobado por el papa Francisco tras cinco años de desarrollo y una revisión intensiva. En él, se rechaza la idea de que el género pueda cambiarse, afirmando que Dios creó al hombre y la mujer como seres distintos con diferencias biológicas que no deben ser alteradas por la humanidad.
La declaración del Vaticano subraya el riesgo de las cirugías de cambio de sexo para la dignidad única de la persona, aunque distingue entre estas cirugías y las correcciones de anomalías genitales presentes al nacer o desarrolladas más tarde.
El documento también condena la gestación subrogada, argumentando que viola la dignidad tanto de la gestante como del bebé, enfatizando el derecho del niño a tener un origen plenamente humano y no inducido artificialmente.
Además, aborda la persecución y encarcelamiento de personas homosexuales en ciertos lugares del mundo, calificándolos como contrarios a la dignidad humana.
El pronunciamiento del Vaticano, aunque reafirma doctrinas católicas ya conocidas contra el aborto y la eutanasia, también aborda las principales preocupaciones del papa Francisco, como la pobreza, la guerra y la migración forzada.
Sin embargo, el documento ha sido criticado por grupos de cristianos trans, quienes lo consideran perjudicial y carente de comprensión hacia las experiencias reales de las personas trans e intersexuales. Argumentan que las cirugías de confirmación de género han salvado vidas y permitido a personas trans vivir en armonía consigo mismas y sus comunidades.
El lanzamiento de este documento coincide con un momento en el que las personas trans enfrentan desafíos legales y sociales en varios países, incluido Estados Unidos, donde se están debatiendo legislaciones restrictivas sobre atención médica y derechos transgénero.
