El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el retiro de todo el personal diplomático de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, en respuesta a la negativa de estos países de reconocer los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.
En un gesto de represalia, Maduro exigió a estos gobiernos que retiren a sus representantes de Venezuela, acusándolos de injerencistas y subordinados a Washington. Según el canciller venezolano, Yvan Gil, los países involucrados intentan desconocer la reelección de Maduro, aludiendo a la reedición del “Grupo de Lima”, un bloque crítico de su gobierno. Venezuela defendió su derecho a la autodeterminación y prometió tomar medidas legales y políticas para proteger su soberanía.
La crisis diplomática se intensificó tras la declaración de la canciller argentina Diana Mondino, quien cuestionó la transparencia de las elecciones venezolanas y pidió acceso a las actas de escrutinio. En respuesta, el presidente argentino Javier Milei tuiteó “Dictador Maduro, afuera!!!”, acusando al gobierno venezolano de fraude electoral. Además, Argentina había instruido a su Encargado de Negocios en Caracas, Andres Mangiarotti, a no participar en la proclamación del chavismo.
La situación ha dejado en incertidumbre a seis colaboradores de la líder opositora venezolana María Corina Machado, asilados en la residencia argentina en Caracas. Sin vuelos directos entre ambos países y con tensiones diplomáticas en aumento, el futuro de estos asilados y la relación bilateral es incierto.
Durante un discurso, Maduro respondió a las críticas de Milei con descalificaciones personales, mientras su canciller, Yvan Gil, llamó a Milei “nazi nauseabundo”. La confrontación ha escalado rápidamente, con Venezuela bloqueando sobrevuelos de Aerolíneas Argentinas y Argentina evaluando nuevas acciones diplomáticas.
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