Dos oficiales de la Policía de la Ciudad fueron separados en las últimas horas de la fuerza por negarse a intervenir en la detención de un delincuente que había sido reducido por otros dos efectivos cuando ingresó con un cuchillo a una vivienda en el barrio de Nueva Pompeya.
Fuentes policiales informaron que se trata del inspector principal Barrientos y del inspector Santamaría, pertenecientes a la comisaría vecinal 4B, a quienes el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño les inició “un sumario, pase a disponibilidad, cesantía y una denuncia penal por incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
El hecho se produjo el sábado alrededor de las 20:00 cuando el delincuente en cuestión entró con un cuchillo en una vivienda situada en la calle Quilmes al 400, pegada a la seccional 4B de la Policía de la Ciudad.
Dentro de ese domicilio había dos oficiales primero de la misma fuerza, uno que se desempeña en Robos y Hurtos y otro en la seccional vecinal 13A, quienes vestidos de civil abordaron de inmediato al ladrón y lo redujeron en la puerta de la casa.
En ese momento, al parecer se acercó Barrientos y les dijo “para qué le pegan si ya está detenido” y se retiro nuevamente al ingreso de la seccional 4B.
Robo, detención y escándalo a metros de la comisaría 34. Un policía de investigaciones de la Ciudad, de civil, detuvo a un ladrón. A unos metros, en la puerta de la comisaría, dos compañeros suyos uniformados, no se meten, ni lo ayudan. Ya fueron cesanteados. pic.twitter.com/SsKsxnqESU
— Mauro Szeta (@mauroszeta) 16 de diciembre de 2018
Enseguida, también le dijo que lo iba a demandar por lesiones” en referencia a un golpe en el rostro que tenía el asaltante.
Una mujer que estaba en la casa a la cual el sujeto había entrado empezó a filmar el pasivo accionar de los dos uniformados que se negaban a colaborar y uno de los cuales decía que no podía intervenir porque tenía a todos los móviles en diferentes hechos policiales.
Mientras tanto, los dos policías que mantenían al ladrón reducido insultaron a Barrientos y Santamaría por no ayudarlos en el traslado a la seccional del asaltante y de inmediato llamaron al 911.
Al lugar arribó en un patrullero un oficial mayor que enseguida colaboró en el traslado del detenido y se encargó de ser el nexo entre la secretaria de la fiscalía interveniente, ya que los dos policías de civil que habían capturado al “escruchante” estaban nerviosos por el cruce verbal que mantuvieron con sus pares.
El delincuente, finalmente fue trasladado por orden del fiscal a un hospital para ser atendido por un golpe en la cara y en la rodilla, provocados al ser reducido por el delito, mientras que Barrientos y Santamaría fueron sancionados por el Ministerio de Justicia y Seguridad proteño.
El hecho fue caratulado como “Violación de domicilio” e interviene la Fiscalía Contravencional, Penal y de Faltas número 30, a cargo de Carlos Rolero Santurian.